América Solidaria en Perú: Personas comunes en lugares nada comunes

Tal como la Lea presagio, hemos ido dejando un poco las cámaras fotográficas de lado, debo decir, que me costo encontrar las fotos de esta entrada.
Muchas cosas nuevas??..no tanto. Mas bien, ya estamos en la etapa de acostumbramiento, ya no nos pican en exceso los bichos, y el calor y la lluvia en exceso nos molestan menos.
Que puedo contar..que Carlos, con harta pega, la salud mental acá es un tema importante, hay muchísimo que hacer.
La Caro, ha desarrollado gran estado físico con las subidas y bajadas al wayku, no creerán que hasta las hace con guitarra en mano. De profesora inicial, a pasado ha convertirse en coreógrafa y corista de villancicos, preparando los diferentes eventos de finalización de fin de año le ha salido la artista que lleva dentro. Las alumnas del pedagógico le quieren, pero también le temen, ya que según estas mismas.., “ detrás de esa cara de ángel, se esconde un demonio..” jejej..
Nuestra onda con las hermanas misioneras va cada día mejor, vamos a visitarlas bien seguido, y ellas bien contentas porque juran que hacen la “ pastoral vocacional” con nosotras…en el fondo tienen la esperanza de que alguna se convierta..sobre todo la Caro, que según la hermana Margarita, esta pintada para monja..yo no lo creo mucho la verdad…
Por mi parte, he visto de cerca el trabajo que hacen y las admiro por eso, si que hay que tener fuerza interior para hacer de tu vida una misión y dedicarla a trabajar por los demás
Nuestro trabajo crece cada día, surgen nuevas ideas y proyectos, creo que sentimos que todavía no “terminamos de empezar”.
Acá el fin de año se siente, solo quedan unas semanas de clases, pienso que el fin de Noviembre de acá, se siente como la quincena de Diciembre de allá.
Se vienen las vacaciones, las fiestas…no se como serán para nosotros, espero que contentas y no muy melancólicas, aunque seguro será medio inevitable extrañar mas de lo habitual. Pero bueno, el extrañar un poco, viene con el pack del voluntariado fuera de casa…le lleva.
Nada grave si uno piensa que esta haciendo lo que le gusta y que esta escribiendo en su vida un capitulo maravilloso.
Al menos para mí, y creo que para mis compañeros también, siento que esta experiencia es única. La selva y su gente nos empieza a gustar, la gente en la plaza mareándose tanto dar vueltas, el saludo cordial por las mañanas, los niños entusiasmados, los viejitos con los mismos problemas que en Chile, Papilon cumbianchero y los paisajes camino a Tarapoto…los arrozales, los plátanos y todo los demás.
Vero